"El urbanismo es una dimensión de la política, como lo
es la emisión de moneda, la seguridad ciudadana, la fiscalidad, las
infraestructuras de comunicación, el abastecimiento de agua, la
educación obligatoria, la sanidad pública, las fuerzas armadas, etc,
etc. Por lo tanto cada época debe reconstruir el urbanismo, como
política primero, y en sus métodos y técnicas también. Veamos pues los
cambios globales que inciden en el urbanismo local. Los procesos sociales, económicos, tecnológicos y culturales son globales.
Pero el urbanismo es local. Cada ciudad tiene una especificidad propia y
los marcos políticos y jurídicos son de ámbito estatal y local. No hay,
o por lo menos no es suficiente, que haya una regulación adecuada de
los procesos globales que actúan en mercados salvajes y donde los
poderes financieros y las empresas multinacionales imponen su fuerza
sobre los Estados y los gobiernos locales. Es precisamente en el nivel local donde se materializan los efectos y desde donde es posible plantear la resistencia.
Pero es necesario tomar conciencia de algunos procesos globales
visibles que inciden, en muchos casos negativamente, en los territorios
urbanos."
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