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26 sept 2013

El Plan de Ordenamiento Territorial de Pasto



Actualmente se está elaborando y discutiendo el plan de ordenamiento territorial de Pasto (POT). Como todos ustedes saben, esta es una gran oportunidad para el futuro de la ciudad, un compromiso y una responsabilidad que los ciudadanos debemos conocer, comprender y manejar a fin de orientar nuestras acciones comunes y programar nuestras metas y objetivos de cara a interactuar con el entorno natural y artificial o creado, en que vivimos y que indefectiblemente nos identifica y hace como sociedad.

Plaza de Nariño - Foto: PC
El POT no se trata simplemente de una disposición de normas, aunque consignadas en documentos, estas son el resultado último de nuestros pensamientos e intenciones sobre la ciudad y el territorio, en el establecimiento preciso de unas reglas de juego para la convivencia, la subsistencia y la construcción de nuestra realidad. Es una carta de navegación pero no un fin en si mismo.

El POT es ante todo una exposición de principios de diversas índoles, para establecer el tipo y la forma de ciudad que deseamos y cómo ésta se presenta en el horizonte cercano y lejano. Es la formulación de una hipótesis colectiva, multidisciplinaria (economía, estadística, sociología, arquitectura, urbanismo, ingeniería, ecología, transporte, etc.) y de mucha complejidad, que requiere de una gran apertura de pensamiento, un análisis concienzudo y veraz de nuestra situación actual, un entendimiento de nuestro pasado, pero sobre todo del ESTABLECIMIENTO DE UNA VOLUNTAD POLÍTICA con una clara intencionalidad para interpretar los hechos y concretar acciones para dirigirnos a un futuro posible. ES EN OTRAS PALABRAS LA FORMULACIÓN DE UNA IDEA DE CIUDAD CON UN CARÁCTER, CON UNA VOCACIÓN Y UN DESTINO.

Es así que entonces las normas que el POT contiene, no se pueden quedar en una determinación de artículos sobre el control físico, porque más que comprobar si se cumple o no la norma, lo que conviene hacer a través de él, es diseñar UN PROYECTO DE CIUDAD.


Calle 16 con Cra. 22 - Foto: PC
Un proyecto de ciudad que conste de acciones realizables a través de programas específicos, necesarios, cuantificables, de trascendencia para la ciudadanía, de mejoramiento de la calidad de vida, pero ante todo de posibilidades de desarrollo para la gente. Nuestro territorio y urbe tienen muchas posibilidades y podríamos hablar de diferentes tipos de proyectos de ciudad de acuerdo a las potencialidades que se expresan con fortaleza:

  • UN ENTORNO NATURAL Y UN PAISAJE ÚNICOS que han regulado implacablemente nuestra localización, disposición, crecimiento y que nos otorgan unas posibilidades de aprovechamiento físico y económico especificas. Una necesidad imperiosa de valorarlos en sus características físicas y de reintegrarles sus condiciones perdidas o al menos de rescatar las que aún poseen, con el fin de preservarlas para el futuro de la ciudad. Una necesidad urgente de educar a la sociedad en cómo mantener y mejorar ese entorno  físico a fin de tener plena conciencia que sin él, nuestra ciudad perece. 
  • UNA REGIÓN AGRARIA con productos alimenticios y recursos naturales de primera calidad, que ya tienen relevancia mundial con la apertura de los mercados comerciales internacionales. Un interés prioritario en atender la demanda de los países desarrollados en adquirir productos especiales, obtenidos de maneras tradicionales, conectadas directamente a la forma de producción artesanal de nuestros campesinos. Quizás pensar que de allí puede surgir una ciudad despensa y una vitrina comercial agraria de carácter internacional.
  • UNA CIUDAD CARNAVAL, con artesanos que manejan maestralmente las técnicas y saberes de las artes populares a tan alto grado de sofisticación, que los acerca a una expresión de arte mayor. El evento del carnaval debe tener un rol trascendental en el funcionamiento y carácter de la ciudad, hasta convertirse en una industria cultural de interés mundial.
  • UNA CIUDAD UNIVERSITARIA, que congrega a muchas personas del suroccidente del país. La mezcla de culturas, costumbres y modos de ser, pueden convertirse en un aporte que impulse nuestra sociedad hacia otras expresiones e ideas.
  • UNA CIUDAD DE LA SALUD, con nuevas instituciones que ven en la región un centro importante de actividades, una concentración considerable de gente con necesidad de atención, y, que se encuentra construyendo una importante infraestructura de equipamientos urbanos. Estos podrían tener mayor trascendencia e impacto en la estructura física de la ciudad y convertir a la urbe en un destino importante para la prestación de dichos servicios.
  • UNA CIUDAD DE LA CULTURA, donde se aumenten las posibilidades de acceso de toda la gente a los conocimientos y las experiencias gratas del pensamiento (la literatura, la filosofía) y las artes (música, teatro, pintura, escultura, cine, etc.). Importante crear una red de equipamientos culturales para soportar, acoger, difundir, proyectar y producir cultura (biblioteca, centro de convenciones, teatros).
  • UNA CIUDAD DE NEGOCIOS, con salida expedita a la costa, con una integración regional a través del pacifico y relevante en el comercio internacional. La eliminación de intermediarios para acortar la cadena comercial de producción-consumo y poder recibir beneficios directamente. La posibilidad de generar mayores riquezas y de que estas se queden en nuestra zona. 


Plaza de San Agustín. Foto: PC
Tenemos vocación para todo esto y más, también tenemos el material humano para hacer posible los cambios. Hay  que estar preparados para afrontar retos de otras escalas y transformar de manera considerable la ciudad con la condición esencial de preservar nuestro entorno.
Estas ideas no son nuevas y supongo se incorporarán en el nuevo POT. Para hacerlas efectivas hacen falta una visión de largo plazo, una continuidad en las políticas administrativas, pero ante todo unos sistemas de gestión eficaces; de lo contrario todas las buenas intenciones quedaran plasmadas en el papel.


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